viernes, 17 de octubre de 2014

MARY BELL: 'LA NIÑA ASESINA'

Mary Bell
“¡Aparten esa cosa de mi lado!”. Con estas palabras recibió Betty, una joven de 16 años, a su hija recién nacida cuando los médicos le acercaron a la neonata para alojarla entre el calor de los brazos de su progenitora. Mary Bell, ese era el nombre de la recién concebida, nació el 26 de mayo de 1957 en Newcastle, Reino Unido.

La personalidad es el resultado de las características heredadas y de los estímulos sociales durante las primeras etapas del desarrollo humano, en el que la familia y el medio social más próximo son determinantes en su conformación. El núcleo familiar es sin lugar a duda el molde donde se han de forjar muchas de las características de una persona. Entre los factores familiares de riesgo para que un joven se convierta en delincuente destacan la falta de supervisión o control de los padres, los padres con sentimientos negativos, hostiles o crueles hacia el niño, exceso de disciplina, hogares rotos, etc...

La niñez de Mary Bell se desarrolló entre los macabros 'juegos' de su madre intentando terminar con su vida en varias ocasiones como si de un accidente se tratase, maltratándola o incluso ofreciéndola a sus clientes pedófilos- Betty ejercía la prostitución- para que abusasen sexualmente de la pequeña.

La violencia, el alcohol y los juegos sexuales a los que su progenitora la obliga a participar con otros niños fue el único mundo que conoció Mary Bell. A los ocho años de edad su madre vendió a la pequeña a uno de sus clientes para que el mismo la desvirgase.

La desolación y la frustración de la pequeña Mary fueron en aumento. La muerte de inocentes animales le servían de desahogo. Pagaba con ellos la vida que le había tocado vivir en medio de una familia enferma y disfuncional.

Martín Brown, un niño pequeño vecino de los Bell, murió el 25 de mayo de 1968, un día antes que Mary cumpliese los 11 años de edad. La prensa publico que el pequeño había fallecido mientras jugaba, pero la realidad era que Martín había sido terriblemente estrangulado y golpeado en la cabeza. La autora sería Mary Bell, que cambió los animales por la vida del pequeño Martín.

“Yo he matado y
voy a volver a hacerlo”
Mary, tras comentarle a su inseparable amiga Norma que había asesinado al pequeño Brown, decidió cometer actos vandálicos en una escuela y en una guardería de la zona. “Yo he matado y voy a volver a hacerlo” fue la misiva que la propia Mary dejo sobre la mesa de la profesora de la guardería que dejó patas arriba junto a su amiga. La policía desestimó este indecente y lo consideró una broma de mal gusto.

El 31 de julio de 1968, la nota que Mary dejó en la guardería, una broma a ojos de la policía, se convertiría en una triste realidad. Brian Howe de tres años de edad desaparecería sin dejar rastro. El testimonio de la hermana mayor de Brian sería clave para atrapar a la asesina y dar con el cuerpo de Brian. Pocos minutos después de que Mary asesinara al niño se cruzó con la hermana de este, y con una frialdad asombrosa, le preguntó "Oye, ¿estás buscando a Brian?".

La muerte del pequeño Brian fue muchísimo más atroz y brutal que la de Martin. Mary, tras terminar con la vida del pequeño, volvió al lugar del crimen con una navaja para escribir una "N" -Norma- en el estómago del niño, y luego, con esa misma navaja pero con otra mano, formó la "M"-Mary-. Mary Bell también usó un par de tijeras para cortar partes del cabello de Brian Howe, además de sus genitales. Las niñas eran muy jóvenes y sus testimonios se contradijeron mucho, por lo que nunca se supo con claridad lo que sucedió

En agosto del año 1968, Mary Bell y su amiga Norma, fueron detenidas por la policía de Newcastle, como sospechosas de dos asesinatos en segundo grado. Norma fue declarada inocente y fue puesta en libertad.

Mary Bell declaró ante la policía que había disfrutado mucho con los dos asesinatos, y en especial con el de Brian. Mary también conto las atrocidades que su madre le obliga a hacer “me desnudaba, me sujetaba, y el cliente me introducía el pene en la boca, hasta eyacular el semen en la misma. Tras esto, acababa siempre vomitando el semen”. La prensa tuvo que rectificar en lo relativo al crimen de Martín Brown, recordemos que lo trato como un accidente.

El 17 de diciembre de 1968, Mary Bell fue absuelta del cargo de asesinato pero fue condenada por "asesinato en segundo grado debido a su falta de responsabilidad". El jurado tomó esta decisión después de escuchar los resultados psiquiátricos de la niña, que decían que tenía los clásicos síntomas de una psicopatía. Fue sentenciada a la llamada pena "at Her Majesty's Pleasure", es decir, una sentencia a prisión indefinida.

La madre de la niña, lejos de sentirse culpable del monstruo que había creado, vendió en varias ocasiones historias acerca de ella y concedió muchas entrevistas a la prensa sobre Mary. En 1979, la joven, tras once años encerrada, saltaría de nuevo a los titulares al escapar de prisión, aunque su aventura duró bien poco, ya que las autoridades le dieron caza.

Mary Bell
En 1980, con 23 años de edad, Mary Bell sería puesta en libertad y se le otorgaría otra identidad para que no fuese reconocida. En 1984 se convertiría en una madre cariñosa y atenta. Mary Bell se había rehabilitado y reinsertado por completo en la sociedad. Su hija no supo del pasado de su madre hasta que los periodistas encontraron la localidad donde vivían, y tuvieron que salir de allí tapándose con sábanas sus cabezas.

El 21 de mayo de 2003, Bell ganó una batalla legal en la Corte Suprema para lograr mantener su anonimato y el de su hija por el resto de sus vidas. En 2009, Mary Bell se convirtió en abuela. A día de hoy el paradero de Mary Bell y su familia es desconocido.

A día de hoy, la familia del pequeño Martin Brown todavía la persiguen mediante detectives privados contratados por ellos mismos para conocer su paradero.


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